miércoles, octubre 21, 2009

El día del barbijo

Ayer, la Argentina del sufragio, vio con ojos de buena salud la presencia del último “boom” traído desde Paris: el barbijo. Dos días después de la muerte de Michael Jackson, un innovador en el tema del uso del bozal higiénico, varios pensadores de índole visionaria se han reunido para dilucidar, con el uso de la razón, la declaración universal del Día Internacional del Barbijo, y de esa manera contrarrestar a las mentes insanas que aprovechando también la muerte del “rey del pop” estarían dispuestas a instaurar en alguno de estos últimos días del mes de junio la etiqueta de “Día Internacional del…”

BUFARRÓN

Tarde. Me levanté tarde y sin ganas de ir a votar. Un sueño apocalíptico todavía me daba vueltas en la cabeza desde la noche anterior y me hacía pensar que el presagio para un nuevo día de sufragio cuasi nacional no podía ser bueno. Así que me vestí lento, (total ya me había despertado tarde), para evitar que me ocurriera algún accidente doméstico pelotudo que diera una cuota mayor de oscuridad a un día que ya había comenzado negro. Una vez cumplidos todos los requisitos de rigor, agarré un par de chirimbolos, el documento y me fui, obviamente en el auto porque ni en pedo iba a ir caminando y arriesgarme a algún accidente de tránsito. Total son pocas las personas que saben que yo no tengo registro. Primera imprudencia, y aquí hago un stop para comentarles que uno de los ensayos escritos en vida por el Turco Abdala proclama que cualquier persona que comete tres imprudencias en el mismo día es potencialmente un abusador de…

NIÑOS

La calle estaba atestada de pendejos. El sueño del pibe moderno es acompañar al padre o a la madre en uno de los días que más cagadas cometen los ciudadanos. Y esto también es según el estatuto de las cagadas de la modernidad. Así que como si fuera poco, también tuve que manejar demasiado despacio y en segunda, no fuese cosa que ocurriera un accidente y para colmo sin licencia de conducir. Las familias aprovechan para pasear mientras los más grandes emiten su voto. Madre o padre van vigilando que al nene no se le mueva el barbijo o no se lo haya sacado y lo este usando para llevar las canicas que en el bolsillo le joden. Por fin llego al colegio, pero tengo que bajarme del coche a tres cuadras porque a todos les parece oportuno votar al mediodía ahora. En la mesa hay poca gente por suerte, así que pronto la mina del barbijo se queda con mi documento. Pero esto de no poder verle la cara tampoco me gusta mucho. Por eso solo pienso en la boleta que voy a agarrar y guardar cuando me den el…

SOBRE

Pino. El sobre está hecho con celulosa de pino, vaya coincidencia. El “turco” siempre decía que los hacen así porque es lo más barato. Y también decía que el pegamento de arriba era moco, pero esa si que no me la creo. Igual ya está, ya le pasé la lengua para un lado y para el otro y después reforcé el vértice para que les costara abrirlo. Segunda imprudencia. Estuvieron diez días diciendo desde la TV que recomendaban llevar barbijo y usar voligoma para pegar el sobre. Pero resulta que en casa no hay voligoma, sino plasticola, pero tengo miedo de que se pegotee con la boleta y me impugnen el…

VOTO

Antes de meterlo en la urna siempre miro, no sea cosa que me sorprenda algún paparazzi o alguno de estos documentalistas modernos filmando su opera prima. Pero nada, hace años que mi cara no les convence a los productores. Al que parece que si le convence es al tipo que viene a preguntarme que “que mesa es esta”, pero como tiene una bufanda que le tapa la nariz no le entiendo nada, así que le digo “que?”, y el me repite que “que mesa es esta que está acá” y se ve que mi cara lo convence de dos cosas. En primer lugar le da la sensación de que no le entiendo nada, y en segundo lugar de que por más de que mi apariencia sea porcina, yo no tengo la famosa gripe, porque el tipo se destapa la cara y me vuelve a hacer su pregunta, bajando un poco el volumen de su voz, entonces ahí si, le digo, que es la cincuenta y uno cuarenta y nueve. Y mientras salgo del colegio me fijo si mi documento está sellado y firmado para no darme cuenta tarde, cuando ya esté en mí…

HOGAR

Esto de tener auto es contraproducente. Porque tengo el irrefrenable deseo de llevar gente, aunque sea desconocida. Y veo en la parada a mi vecina Hilda y a su hija Natalia, y después de dar una vuelta me decido a llevarlas a votar a ellas también, y aunque todavía no saqué el registro, es la misma imprudencia, así que no suma dos veces. Lo que si suma como imprudencia es enojarme con un policía cuando no me permite estacionar en una bajada para gente discapacitada. Lo miro como diciendo “justo hoy que es elecciones me rompes las pelotas” y parece entender porque me deja estacionar, pero la imprudencia ya está cometida. Entonces entro a otra escuela, a acompañar a Natalia porque a Hilda ya la dejamos y después la pasamos a buscar. En la misma mesa que ella vota encuentro a la mamá del Colo y la saludo (el “colo” dice que él es el único colorado, a pesar de que mi amigo Victor también lo es). Entonces espero, la piba tiene como quince personas adelante. Con tantas cosas que veo ya me olvidé del frío y también se me pasó que me dejé en el asiento de atrás del auto la…

BUFANDA

El colegio tiene tele. Todo el mundo habla sobre los votos y los no votos. Bien abrigados, los cronistas esperan noticias en los búnkers. Pero la gente no le presta atención a la caja boba. Una mujer sale de votar con el sobre abierto en la mesa más cercana. Primero le pasa un dedo untado con baba hacia un lado y repite el mecanismo con otro dedo salivoso hacia el otro lado. Entonces sí, cierra su voto y lo pone en la urna, mete la mano en la cartera, saca un envase con alcohol en gel, se refriega las manos y lo embadurna al hijo, que obedece a desgano. Esta vez me doy cuenta que el nivel social de los votantes de este colegio es mejor, porque no usan barbijos, pero si cuellitos, pañuelos arabes, shales, y todo tipo de cobertores de boca y nariz, pero esta es una forma fina de decirle al que pasa por al lado “no quiero ni que te acerques”, y parece que funciona, porque nadie se mira. Creo que es la primera vez que en una votación no me pregunto porque los milicos portan a sus espaldas desmedidas…


ARMAS

En la historia universal muy pocos son los que se dieron cuenta que lo que meten en las urnas es una bala de grueso calibre. A diferencia nuestra, los medios han usado muy bien los dos o tres cortaplumas que les dieron y es un éxito la venta de barbijos en todo el país. A esta altura me extraña ya que todavía ningún vendedor ambulante se haya dado cuenta del negocio que se pierde en actos como este o en los recitales o hasta en las canchas de futbol. Puede que sea porque los dueños de las farmacias son algunos entes poderosos. No se. Lo que si se es que tengo que manejar para ir a buscar a Hilda y volver de una buena vez a casa, que ya me estoy empezando a acordar lo que es el…

HAMBRE

Con un sanguche de matambre de pollo en mano ya estoy chateando con Mariana. Me está contando su experiencia en el voto y su odio por algunas clases de salivas malignas. Ella al menos logra sacar en claro que chupar el pegamento y pasarse tres veces el dedo por la boca y por el papel es lo mismo. En un segundo de no escribir ni recibir sus letras me quedo pensando como voy a contrarrestar a las mentes insanas que aprovechando la muerte del “rey del pop” van a estar dispuestos a no pasar por alto mis tres imprudencias y se dispondrán a instaurar en alguno de estos últimos días del mes de junio la etiqueta de “Día Internacional del…”

BARBIJO